Aleteo Brisalinda es la bruja buena de uno de mis libros favoritos de niña, Los hijos del vidriero de Maria Gripe (amaba a Maria Gripe con todo mi ser). Para las poetas hay palabras-caramelo, en cuanto las escuchamos se quedan en la lengua y las chupamos de vez en cuando. Con «aleteo brisalinda» me pasa eso. Y si me late el corazón muy rápido porque ha ocurrido algo bonito, siempre pienso que se parece a un pájaro que juega con el viento y rezo para mis adentros: aleteo brisalinda.
Me encanto en esta foto, recién terminada la escritura, un poco cachonda como me deja siempre la poesía, a punto de meterme en la cama a leer, con el calor ya ha vuelto mi autillo a su árbol junto a mi ventana, aleteo brisalinda, aleteo brisalinda.
Aleteo Brisalinda
