Hoy toca vaciar el corcho que está junto a la mesa donde escribo, pues lo necesito para poner algunas fichas de mi novela. En este momento, visualizando ya la luz al final del tunel, siento que debo tenerlas delante. Hasta ahora mi única guía han sido mis vísceras. Lo del corcho me cuesta, me hace sentir vulnerable que alguien se ponga a leerlo, ¡voy a cerrar la puerta con llave!
Corcho
