
Ayer recité en el sitio más bonito del mundo. La Fontañera es un pueblecito mínimo en la raya de Portugal, como dicen aquí (punto de contrabando, para más romanticismo). De hecho en la posada que regenta una solitaria canadiense la hora del móvil se te cambia todo el rato (¡puedo decir que he recitado en otro país!). Desde el patio de esta mujer misteriosa de Vancouver se ve Marvão en lo alto, con su castillo y un jirón de niebla enganchado en la torre. En el terreno adyacente a la casa empieza el bosque. Cobijada entre rocas y ante un grupo espectacular de mujeres lesbianas recé mis poemas y pensé: esto nunca lo había soñado y sin embargo ahora no me imagino no tener este sueño.
❤Gracias, Extremadura Entiende, por este evento maravilloso.