Creo que si dios existiera, no querría que nos lo tomáramos tan en serio como hace Maggie, la protagonista de esta novela, pero qué se yo. Su fe es compleja, disfruta de ella intelectualmente pero al mismo tiempo es una carga demasiado pesada. Matrimonio eterno, sin amor ni deseo (lo más devastador, las escenas de sexo con el marido), cuando estas dos banderas de la Vida se cruzan en su protegido camino no le sirve la razón, pero acostumbrada a vivir sin cuerpo, es lo único que tiene (lo más triste, lo que no fue). Al final, hacemos lo que podemos, esa es la conclusión de esta historia (¿no es la de todas las historias?).
El sermón del fuego, Jamie Quatro. +info