Hojeando cuadernos antiguos en un ataque de melancolía me he encontrado con este del 94 (tenía 16 años, tened compasión de mí) lleno de poemas míos, entre ellos uno larguísimo titulado Los noventa que acaba así:
Y ellos son guitarras / y ellas siguen con amarras. / La moda es una estupidez/ / ¡se lleva la delgadez! / Y volvemos al pasado / ya que hemos empeorado. / Los noventa, / el progreso, / una gran mentira, / poco seso, / no hay salida.