Sigo siendo una loca que escribe con sombrero vaquero, los ritos son los ritos, abren las puertas de mi paracosmos, sigo poetizando por amor y mis palabras crecen, se ensueñan, se enroscan, se entregan, a veces son dictados que transcribo y otras me las arranco como sanguijuelas. Sigo anhelando. Otras cosas han cambiado, pero mi corazón sigue siendo una catedral roja.
Un año de la publicación de Todas mis palabras son azores salvajes, mi poemario.