¡Éramos tan jóvenes! Fue entonces que Ana enseñó a volar a mis azores.
Ahora es Ana de Dios, artista maravillosa, y ha leído mi poemario, Todas mis palabras son azores salvajes, del cual estoy precisamente celebrando la inminente segunda edición estos días.
Inspirada por uno de los poemas, Ana ha hecho este precioso dibujo. De verdad, ¿puedo tener más suerte?
El poema es el siguiente:
